miércoles, 9 de octubre de 2013

Tema 18. La dictadura de Primo de Rivera

Hola, aquí os dejo el resumen de TEMA 18 de historia.
En total son 2 hojas de documento de word, o sea que tiene directamente la extensión que tendrías para escribir en el examen de la PAU.


Aquí dejo el link con la descarga directa del documento en "Mega".Aquí abajo dejo el resumen por si quieres echarle un vistazo antes de descargarlo.



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TEMA 18. LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA
En 1923, el comandante general de Melilla, Martínez Anido, propuso un ataque a Alhucemas con 50.000 hombres. El gobierno de García Prieto lo rechazó y cada vez más se hicieron frecuentes los rumores de sublevación militar.
Un año antes, Miguel Primo de Rivera obtuvo la Capitanía General de Barcelona y aumentó su popularidad. Éste mantuvo diversos contactos primero con el rey en Madrid y luego con Berenguer, Saro y Dabán, que se mostraron dispuestos a un golpe de fuerza inmediato. Ante la negativa de las tropas malagueñas de embarcar hacia Marruecos, se unieron también Sanjurjo y el duque de Tetuán. Ante la situación y la actitud dubitativa del rey, García Prieto dimitió y el monarca Alfonso XIII nombró mediante el Decreto Real de Septiembre presidente del Directorio Militar encargado de la gobernación del Estado a Primo de Rivera (1923). En ella, el almirante Magaz asumía la vicepresidencia.

El directorio militar (1923-1925)
La Dictadura fue inicialmente bien acogida puesto que se deseaba ver restablecido el orden, la paz y la autoridad perdida. Los únicos opositores claros fueron el Partido Comunista (PCE) y los anarquistas de la CNT, además de intelectuales como Miguel de Unamuno o Vicente Blasco Ibáñez. El PSOE y la UGT se mostraron impasibles.
En 1923, Primo de Rivera destituyó a los presidentes del Congreso (Melquíades Álvarez) y del Senado (Conde de Romanones) y disolvió las Cortes en contra de la Constitución, pero con la aprobación de Alfonso XIII.
Tras su visita a la Italia de Mussolini, Primo de Rivera introdujo algunos aspectos fascistas en el Directorio Militar.
Las primeras medidas tomadas fueron: la implantación del Estado de Guerra durante dos años, la supresión de las garantías constitucionales y la censura de la prensa. Se establecieron militares en los gobiernos de las provincias, en los cargos de la administración y en los partidos judiciales. A nivel local, se sustituyeron los ayuntamientos por las juntas de vocales formadas por los mayores contribuyentes de la zona. Para hacer frente a los problemas del Directorio Militar, Primo de Rivera puso de manifiesto en su programa el “revisionismo autoritario”, que constaba de los siguientes puntos:
·         Había que crear un único partido (La Unión Patriótica) cuyo lema fuera “Dios, Patria y Religión” que reuniera a todos los hombres de “buenas fe” para solventar los problemas político-religiosos. El resto de partidos y sindicatos se prohibieron y se suspendió la Constitución de 1876.
·         Se tendría que emplear una férrea represión para acabar con los desórdenes sociales, huelgas y terrorismo.
·         El orden y tranquilidad necesarios para el despegue de las actividades agrarias e industriales en España.
·         En Cataluña (al contrario que en el País Vasco) se prohibió el uso de la bandera y lengua propias en actos oficiales y las instituciones catalanas pasaron a ser un mero organismo administrativo (Mancomunitat)
·         El problema de Marruecos se solucionó con el desembarco en Alhucemas (1925) con la ayuda de Francia. El general español Sanjurjo sometió a las tropas marroquíes y fue el máximo responsable de la política de la zona.

La política del Directorio Civil (1925-1930)
En 1925 Primo de Rivera ya había resuelto los problemas españoles, sin embargo, no abandonó el poder. Únicamente se limito a sustituir el Directorio Militar por otro civil cuyas propuestas políticas acabaron en fracaso. Las ideas de consolidar un partido único “La Unión Patriótica” o la creación del Estatuto Municipal (por Calvo Sotelo) no contaron con el apoyo necesario. El dictador propuso entonces la creación de una Asamblea Nacional que redactara una Constitución que sustituyera a la de 1876. El rey se negó y paralelamente tanto los partidos dinásticos como los republicanos apoyaron algunas intentonas golpistas del ejército como la Sanjuanada de 1926, que contó con la colaboración de los generales, Weyler, Aguilera y Baret. Las relaciones con el ejército empeoraron cuando el general quiso imponer al Cuerpo de Artillería los asensos por méritos y capacidad en vez de por antigüedad. También perdió el apoyo de la Iglesia Católica por su actitud personal tan alejada de la clerical.
Respecto a la política social, el Estado intervino con una rígida disciplina. Mediante la Organización Corporativa Nacional pretendía suprimir las organizaciones empresariales y los sindicatos obreros fusionándolos en las nuevas Corporaciones a nivel local, provincial y nacional. Para resolver los enfrentamientos entre empresarios y trabajadores en cuestiones laborales se crearon los “Comités parlamentarios”. Todo ello estuvo acompañado de leyes sociales que aumentaron las prestaciones de la Seguridad Social y concedieron subsidios a las familias numerosas o en casos de maternidad. Esta política contó con la oposición de los anarquistas de la CNT pero consiguió la colaboración de la UGT al mando de Francisco Largo Caballero.
La economía también fue planificada inspirándose en las ideas de Joaquín Costa. José Calvo Sotelo impulsó los monopolios estatales, ligados económicamente a simpatizantes del dictador como Juan March, el marqués de Urquijo o el duque de Tetuán. Los más importantes fueron C.A.M.P.S.A, la compañía telefónica (ITT) y diversos bancos. Por medio del Plan Nacional de Infraestructuras, Primo de Rivera inauguró grandes embalses, constituyó las llamadas Confederaciones Hidrográficas e impulsó la construcción de ferrocarriles y carreteras. La financiación provino de la ayuda de los bancos y de la emisión de bonos de la deuda pública. Por otra parte, el Consejo Económico Nacional se encargó de supervisar la instalación de nuevas industrias en España.

La oposición y fin de la dictadura.
En 1929, Primo de Rivera no deseaba continuar en el gobierno debido a los siguientes sucesos acaecidos en el mismo año:
  • El abandono del proyecto de elaborar una nueva Constitución que estableciera una monarquía autoritaria.
  • La oposición intelectual sobre todo en universidades, Ateneos (que fueron clausurados), cafés y prensa.
  • La división de los partidos políticos y el paso hacia la oposición del PSOE, de la burguesía catalana y de los sindicatos con la CNT.
  • La pérdida de apoyos en el propio ejército que se hizo notoria en el nuevo intento de golpe de Estado por parte de Castro Girona y Sánchez Guerra, que consiguieron poner en contra del dictador a gran parte de jefes y oficiales.
  • El cansancio y la debilidad física provocada por las decepciones políticas y su precario estado de salud al padecer de diabetes.

Así, en enero de 1930 Primo de Rivera dimitió y fue nombrado presidente del Consejo de Ministros al general Berenguer, que eligió a nuevos ministros. Dos meses después Primo de Rivera moriría durante su exilio en París. Aunque Berenguer prohibió las manifestaciones y actos sindicales y políticos, transmitía una imagen de debilidad que popularmente se ridiculizó con el nombre de Dictablanda.

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