miércoles, 9 de octubre de 2013

Tema 13. El sexenio revolucionario.

Hola, aquí os dejo el resumen de TEMA 13 de historia.
En total son 2 hojas de documento de word, o sea que tiene directamente la extensión que tendrías para escribir en el examen de la PAU.


Aquí dejo el link con la descarga directa del documento en "Mega".Aquí abajo dejo el resumen por si quieres echarle un vistazo antes de descargarlo.



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TEMA 13. EL SEXENIO REVOLUCIONARIO.

Introducción y “Septembrina”
El agotamiento del régimen conservador de Narváez propició la formación del Pacto de Ostende (Bélgica, 1866) por parte de la oposición a Isabel II. Esto, sumado a la reducción del presupuesto militar y a la crisis económica y agraria, ocasionó el pronunciamiento militar en Cádiz de la escuadra al mando de Topete. En la ciudad gaditana confluyeron además de los altos mandos militares, los generales exiliados (Prim, Serrano y Dulce). Esta revolución recibió el nombre de “La Gloriosa” (o la “Septembrina”). Sus fundamentos se vieron reflejados en el manifiesto “España con Honra” y eran: la expulsión de Isabel II del trono, la creación de un gobierno que representase a los militares y la proclamación de una serie de derechos. La participación popular se hizo patente a través de la creación de juntas en las principales ciudades que buscaban una profunda reforma social. Tras el encuentro de las tropas isabelinas al mando de Novaliches y los rebeldes de Serrano en Puente de Alcolea (Córdoba), Isabel II se vio obligada a abandonar el país. El vacío de poder fue ocupado por las juntas revolucionarias (que buscaban la democratización política y las reformas sociales) y el Gobierno provisional, con Prim y Serrano como hombres fuertes. Este gobierno decretó la disolución de las juntas y asumió su ideario político promulgando decretos como la libertad de expresión o reunión y reanudando la desamortización eclesiástica. Más tarde, las elecciones a Cortes Constituyentes dieron la mayoría a la coalición antiborbónica, partidarios de una monarquía democrática.

La Constitución democrática de 1869 y la Regencia de Serrano.
Las Cortes aprobaron la Constitución de 1869, la primera democrática que establecía un régimen de monarquía basado en la soberanía nacional y con una amplia declaración de derechos. En esta nueva Carta Magna además se establecía la división de poderes de la siguiente manera:
  • Las Cortes (Congreso de los Diputados y Senado), elegidas por sufragio universal, asumen la aprobación de leyes y ejercen el control sobre el gobierno.
  • Los ministros desempeñaban el poder ejecutivo.
  • Se regula la carrera judicial introduciendo la institución del jurado.
  • Se establece también la elección democrática de ayuntamientos y diputaciones.

Las Cortes eligieron a Serrano como regente y a Prim como jefe de Gobierno. Entonces se reemprendió la desamortización, se modernizó y democratizó la justicia y la administración local y se impuso la peseta como única moneda nacional (1868). También se suprimieron las contribuciones de consumos, se introdujo a través del arancel Figuerola una rebaja de las tarifas aduaneras y se aprobó la ley de Minas. No obstante, esta nueva etapa estuvo marcada por una serie de problemas: el estallido de la guerra en Cuba; el descontento de los republicanos; los múltiples conflictos políticos y sociales y los diversos motines urbanos (escasez, carestía…)

La monarquía democrática de Amadeo I de Saboya.
Una vez descartadas las candidaturas del príncipe Alfonso (hijo de Isabel II), del duque de Montpensier (marido de María Luisa Fernanda, hermana de Isabel II) y del Príncipe Hohenzollern (debido a la oposición de Napoleón III que se plasmó en la guerra franco-prusiana) era preciso establecer un rey como dictaminaba la Constitución. Entonces, Prim ofreció la corona a Amadeo de Saboya, duque de Aosta e hijo del rey italiano Víctor Manuel II. El pretendiente italiano únicamente aceptó al haber obtenido 191 votos a favor en las Cortes. No obstante, el asesinato de Prim le privó de su apoyo fundamental y además supuso la fragmentación de la coalición monárquico-democrática. Durante los dos años del reinado de Amadeo I (1871-1873) se sucedieron seis gobiernos y tres elecciones generales. El nuevo monarca contó con la oposición de los grandes hacendados españoles en Cuba, de la nobleza, la Iglesia (debido a que su padre había desmantelado los Estados Pontificios), de la burguesía, los carlistas, republicanos y del pueblo español (por ser extranjero). Además tuvo que hacerle frente al conflicto cubano, a la III Guerra Carlista, a la descomposición de los partidos políticos, al movimiento obrero y a la creación del partido alfonsino por parte de Cánovas. Finalmente, el conflicto entre el presidente Ruiz Zorrilla y el cuerpo de Artilleros precipitó su final. El presidente quiso disolver dicho organismo  y el ejército propuso a Amadeo que gobernara de manera autoritaria. No obstante, en febrero de 1873, Amadeo I renunció a su trono y se refugió en la embajada italiana de Madrid.

La implantación de la Primera República.
Ese mismo día, Congreso y Senado se reunieron en la Asamblea Nacional y proclamaron la Primera República Española. Su primer gobierno estuvo formado por una coalición de radicales y republicanos presidida por Estanislao Figueras. Desde un primer momento, la nueva forma de gobierno tuvo que enfrentarse a los primeros brotes insurreccionales en Andalucía, al intento de proclamación del Estado Catalán, a la radicalización de las clases populares urbanas y a la agrupación de los obreros catalanes en la Sociedad obrera de Barcelona. Pronto se hizo patente el enfrentamiento entre los republicanos federales y los radicales. Las elecciones a Cortes Constituyentes celebradas en mayo definieron el régimen como una República Federal. Se nombró un nuevo gobierno presidido por Pi y Margall y una comisión de las Cortes encabezada por Castelar se encargó de redactar un proyecto de Constitución según el ideario federalista. Este proyecto establecía la completa separación Iglesia-Estado, el matrimonio civil, la división del poder legislativo en dos cámaras, una declaración de decretos similar a la de 1869 y la estructuración federal en 17 Estados (incluyendo a Cuba y Puerto Rico).
No obstante, el proyecto no llegó a aprobarse debido a una serie de problemas que trajeron consigo el final de la Primera República. Éstos eran:
  • El estallido de las insurrecciones cantonalistas en Andalucía, Valencia y Murcia, que presentaban a la República Federal como un régimen incapaz de asegurar el orden y salvaguardar el poder central. Salmerón (a la caída de Pi y Margall) se apoyó en los militares alfonsinos como Pavia o Martínez Campos para acabar con esos municipios “autónomos” en aquellas zonas.
  • La extensión de la III Guerra Carlista por el norte de España, cuyo líder era el carismático Carlos VII.
  • El conflicto de Cuba, que continuaba.
  • El giro a la derecha de la República, llevado a cabo por Catelar (sucesor de Salmerón). Ante el temor a su derrota, Manuel Pavia invadió el Congreso con las fuerzas de la Guardia Civil y formó un gobierno presidido por Serrano, que con mano dura, intentó restablecer el orden público y acabar con las guerras coetáneas.


Esta situación favoreció los planes de Cánovas del Castillo y su idea de la Restauración Borbónica. Alfonso XII firmó el Manifiesto de Sandhurst en diciembre de 1874, en el que se comprometía a respetar en su totalidad el régimen constitucional. No obstante, el general Martínez Campos se pronunció en Sagunto y proclamó a Alfonso XII rey de España el 29 de diciembre de 1874.

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