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NIETZSCHE
·CONTEXTO
-Su
obra:
El
texto que comentamos pertenece a la obra de Nietzsche “El crepúsculo de los ídolos”,
que es subtitulada por Nietzsche con la expresión: “Cómo se filosofa con el
martillo”. La crítica a la cultura occidental es demoledora en esta obra y
se dirige a todos sus campos, criticándola desde tres frentes: la metafísica, la moral y la ciencia.
Critica la metafísica que comienza con Sócrates y Platón, ya que instauran el “error dogmático” más fuerte y duradero: creer que existen “cosas en sí,” es decir, un mundo más allá de este, que además, es más verdadero. Sócrates y Platón pervierten el espíritu griego original al creer que tan sólo somos razón, moderación (representada por el dios Apolo) y renegando de nuestra parte emocional, excesiva, exagerada (representada por el dios Dionisos.)
Critica la metafísica que comienza con Sócrates y Platón, ya que instauran el “error dogmático” más fuerte y duradero: creer que existen “cosas en sí,” es decir, un mundo más allá de este, que además, es más verdadero. Sócrates y Platón pervierten el espíritu griego original al creer que tan sólo somos razón, moderación (representada por el dios Apolo) y renegando de nuestra parte emocional, excesiva, exagerada (representada por el dios Dionisos.)
“El
crepúsculo de los ídolos”(1889) es una obra fundamental de
Nietzsche, que debe ser enmarcada dentro de la tercera etapa, su etapa de
madurez. Lo que el título de la obra designa como “ídolo” es, simplemente, lo
que hasta ahora se ha tenido por verdad. Así pues, la expresión “crepúsculo de
los ídolos” viene a significar lo mismo que “fin de la vieja verdad”.
En esta etapa de madurez, Nietzsche desarrolla su filosofía del atardecer, cuya figura es el filósofo a martillazos. En este periodo desarrolla sus ideas más originales y la parte más dura de su crítica: Ataca a la filosofía y moral tradicionales. Tiene que destruir el ser humano tal como es para que pueda venir el superhombre, que es el ser que conoce la muerte de Dios, la voluntad de poder y el eterno retorno. En la obra critica todo lo que se ha llamado “verdadero”, haciéndolo un escritor demoledor, y se divide en 10 apartados.
El conjunto de la obra de Nietzsche es inmenso, y muchos de sus libros están precisamente escritos a base de aforismos breves y párrafos sueltos.
Podemos distinguir los siguientes periodos de sus obras:
1.Periodo romántico (1870-1878): en este periodo Nietzsche está bajo la influencia de Wagner y Schopenhauer y también de la filosofía griega, muy positivas respecto de los presocráticos, y en particular de Heráclito, y muy negativas respecto a Sócrates y a Platón, a los que considera los destructores del pensamiento trágico.
“El nacimiento de la tragedia griega en el espíritu de la música” 1870.
2. Período positivista: (1878-1883): está marcado por su distanciamiento de estas primeras ideas y un acercamiento a la actitud crítica de los ilustrados franceses.
“Humano, demasiado humano” (1878-1979)
3.La filosofía de Zaratustra (1883-1885).Es el periodo fundamental de la filosofía de Nietzsche, ya que en él se desarrolla sus ideas más originales. “Así habló Zaratustra” (1885-1889)
En esta etapa de madurez, Nietzsche desarrolla su filosofía del atardecer, cuya figura es el filósofo a martillazos. En este periodo desarrolla sus ideas más originales y la parte más dura de su crítica: Ataca a la filosofía y moral tradicionales. Tiene que destruir el ser humano tal como es para que pueda venir el superhombre, que es el ser que conoce la muerte de Dios, la voluntad de poder y el eterno retorno. En la obra critica todo lo que se ha llamado “verdadero”, haciéndolo un escritor demoledor, y se divide en 10 apartados.
El conjunto de la obra de Nietzsche es inmenso, y muchos de sus libros están precisamente escritos a base de aforismos breves y párrafos sueltos.
Podemos distinguir los siguientes periodos de sus obras:
1.Periodo romántico (1870-1878): en este periodo Nietzsche está bajo la influencia de Wagner y Schopenhauer y también de la filosofía griega, muy positivas respecto de los presocráticos, y en particular de Heráclito, y muy negativas respecto a Sócrates y a Platón, a los que considera los destructores del pensamiento trágico.
“El nacimiento de la tragedia griega en el espíritu de la música” 1870.
2. Período positivista: (1878-1883): está marcado por su distanciamiento de estas primeras ideas y un acercamiento a la actitud crítica de los ilustrados franceses.
“Humano, demasiado humano” (1878-1979)
3.La filosofía de Zaratustra (1883-1885).Es el periodo fundamental de la filosofía de Nietzsche, ya que en él se desarrolla sus ideas más originales. “Así habló Zaratustra” (1885-1889)
4. Periodo crítico (1885-1889) Las obras que
siguieron son las más críticas de todo el pensamiento de Nietzsche. Vuelve
sobre los temas de la segunda etapa con una intencionalidad más definida:
destruir la visión tradicional. Así presenta la filosofía del martillo, que
busca la transvaloración de todos los valores.
“Más allá del bien y del mal” (1886) “El crepúsculo de los ídolos”
-El pensamiento del autor en la historia de la filosofía:
-Vida:
Nietzsche fue uno de los denominados filósofos de la sospecha. Nació en Alemania en el 1844, y fue un estudiante brillante. En 1869, a los 25 años, consiguió la cátedra de griego dela
Universidad de Basilea (Suiza) y durante diez años llevó a
cabo una brillante e intensa vida académica.
En 1868 conoció a Wagner y simultáneamente a sentir gran admiración por su espíritu libre.
Más tarde acabó renunciando a la ciudadanía alemana y se nacionalizó suizo, algo curioso, ya que más tarde el movimiento nazi lo utilizó como uno de sus ideólogos.
Por otro lado, critica airadamente a Sócrates y a Platón, a los que consideraba los iniciadores de un error que penetraría hasta el último rincón de la cultura occidental. Junto a estos dos autores, critica fuertemente la tradición cristiana, que abrazó el platonismo y creó un sistema de valores miserable, según él. Tampoco escapan de sus críticas los filósofos alemanes, como Kant.
Su salud fue muy frágil durante buena parte de su vida, y algunos autores se lo atribuyen a la sífilis. Esta fragilidad le llevó a tener que dejarla Universidad en 1879 y
a enloquecer definitivamente en 1889.
Desde 1878 hasta 1889 desarrolló prácticamente toda su obra, ya que en 1889 ingresó en una clínica de Basilea en la que le diagnosticaron reblandecimiento cerebral y parálisis progresiva a los 45 años. Murió en el 1900 de una apoplejía después de 10 años de vida casi vegetativa.
-El pensamiento del autor en la historia de la filosofía:
-Vida:
Nietzsche fue uno de los denominados filósofos de la sospecha. Nació en Alemania en el 1844, y fue un estudiante brillante. En 1869, a los 25 años, consiguió la cátedra de griego de
En 1868 conoció a Wagner y simultáneamente a sentir gran admiración por su espíritu libre.
Más tarde acabó renunciando a la ciudadanía alemana y se nacionalizó suizo, algo curioso, ya que más tarde el movimiento nazi lo utilizó como uno de sus ideólogos.
Por otro lado, critica airadamente a Sócrates y a Platón, a los que consideraba los iniciadores de un error que penetraría hasta el último rincón de la cultura occidental. Junto a estos dos autores, critica fuertemente la tradición cristiana, que abrazó el platonismo y creó un sistema de valores miserable, según él. Tampoco escapan de sus críticas los filósofos alemanes, como Kant.
Su salud fue muy frágil durante buena parte de su vida, y algunos autores se lo atribuyen a la sífilis. Esta fragilidad le llevó a tener que dejar
Desde 1878 hasta 1889 desarrolló prácticamente toda su obra, ya que en 1889 ingresó en una clínica de Basilea en la que le diagnosticaron reblandecimiento cerebral y parálisis progresiva a los 45 años. Murió en el 1900 de una apoplejía después de 10 años de vida casi vegetativa.
Nietzsche comenzó su andadura filosófica influido por Schopenhauer y en concreto por su obra “El mundo como voluntad y representación”.
Nietzsche muestra una gran preferencia por el arte o por la actitud artística, privilegiando el arte y la intuición estética frente al conocimiento intelectual conceptual. La música y el arte son lo que mejor representa el devenir constante.
Reivindica lo individual; el nuevo filósofo, el artista, el superhombre que crea valores nuevos.
En un primer principio Nietzsche creyó que Kant criticaría a la física y metafísica, pero descubrió que no había dejado de lado la metafísica, sino que la había guardado para el final, por lo que le reprochará a Kant el haber caído en la tentación de recuperar el saber metafísico.
Fue seducido por Wagner y su música, que representaba para él la esperanza del espíritu libre. Con la obra “Parsifal” le decepciona porque representa y colabora con la farsa cristiana y como consecuencia de ello rompe con él.
Pertenece al historicismo
y vitalismo, corrientes filosóficas que se desarrollan
paralelamente a lo largo del siglo XIX y primer cuarto del siglo XX. Ambas
parten de la base de la vida, sólo que será contemplado desde perspectivas
distintas. La concepción de Nietzsche será la más radical y combativa con respecto
al racionalismo reinante en toda la tradición filosófica anterior.
-En primer lugar, la primera gran fuente su filosofía es la filosofía griega, de la cual hizo una reinterpretación muy peculiar, al rechazar la época clásica por la época arcaica, en la que la tensión dialéctica entre lo “apolíneo” y lo “dionisíaco” era un fiel reflejo del carácter contradictorio de la vida, de la cual tiene un concepto totalmente dionisíaco. Viendo el mundo como fuerza constante, contradictoria, caótica…
-En segundo lugar, Nietzsche le da la vuelta a al concepto de voluntad de Schopenhauer, pasando de considerarla como una fuerza ciega e incesante, a enfocarla como una fuerza creadora, que nos lleva a un intento continuo de superación. Es decir, del pesimismo de la concepción de Schopenhauer pasa Nietzsche a una consideración más optimista y vital, y prueba de ello es su concepción de la “voluntad de poder”.
-En primer lugar, la primera gran fuente su filosofía es la filosofía griega, de la cual hizo una reinterpretación muy peculiar, al rechazar la época clásica por la época arcaica, en la que la tensión dialéctica entre lo “apolíneo” y lo “dionisíaco” era un fiel reflejo del carácter contradictorio de la vida, de la cual tiene un concepto totalmente dionisíaco. Viendo el mundo como fuerza constante, contradictoria, caótica…
-En segundo lugar, Nietzsche le da la vuelta a al concepto de voluntad de Schopenhauer, pasando de considerarla como una fuerza ciega e incesante, a enfocarla como una fuerza creadora, que nos lleva a un intento continuo de superación. Es decir, del pesimismo de la concepción de Schopenhauer pasa Nietzsche a una consideración más optimista y vital, y prueba de ello es su concepción de la “voluntad de poder”.
En último lugar, y
tras un período en el que Nietzsche siente admiración por el estilo crítico de
algunos ilustrados franceses (especialmente, Voltaire), recibe la influencia
del pensamiento evolucionista de Darwin, en especial de sus nociones de
“lucha por la vida” y de la “selección natural”. Esta influencia lleva a
Nietzsche a ofrecer una visión completamente diferente de la historia de la
humanidad
Nietzsche se declara nihilista, pero no que él critica y combate. El nihilismo de Nietzsche afirma una serie de nuevos valores, unos que deriven de concebir el ser como vida, multiplicidad y devenir.
Nietzsche se declara nihilista, pero no que él critica y combate. El nihilismo de Nietzsche afirma una serie de nuevos valores, unos que deriven de concebir el ser como vida, multiplicidad y devenir.
· NOCIONES:
1: El arte trágico y lo dionisíaco.
Estas nociones aparecen ya en su primera obra, “El nacimiento de la tragedia”. Nietzsche piensa que el arte ha de ser el medio de la filosofía, pues la intuición del artista capta más adecuadamente que la razón.
El arte trágico es el lugar de la verdad y la forma mejor de acercarse al ser del hombre y del mundo. La ciencia está para Nietzsche, subordinada al arte. El nacimiento y el desarrollo del arte está ligado a dos principios contrapuestos: lo apolíneo y lo dionisíaco. El primero representa las características que siempre se han atribuido a lo clásico: la proporción, el equilibrio, la serenidad, la luminosidad, lo racional… son las características de la forma clásica, que se manifiestan predominantemente en las artes plásticas. El segundo representa lo báquico, la embriaguez, lo indiferenciado, lo nocturno, lo pasional, que se expresa más plenamente en la poesía y en la música, de las cuales ha brotado la tragedia. Toda obra de arte se concibe como el resultado de la unión de estos dos principios, pero donde aparecen más adecuadamente es en la tragedia, que por ello es el arte por excelencia.
La tragedia nos muestra que en el hombre lo instintivo, lo pasional, la vida, antecede a lo racional, por lo que la razón ha de subordinarse a la vida, lo dionisíaco. Es dolor y sufrimiento, pero tiende a reunificarse por medio de la muerte, que entonces no es aniquilamiento, sino reincorporación a su fuente originaria, y que dará lugar a nuevas formas de vida. Vida y muerte se implican mutuamente, y esta verdad constituye el sentido trágico de la vida, que no es entonces una valentía heroica e incontrolada. El hombre trágico es el que acepta la vida como es, asumiendo lo que en ella hay de terrible y doloroso, asumiendo la muerte, sabiendo que no hay victoria final de la vida (optimismo) ni de la muerte (pesimismo), sino la permanencia de una y otra.
Estas nociones aparecen ya en su primera obra, “El nacimiento de la tragedia”. Nietzsche piensa que el arte ha de ser el medio de la filosofía, pues la intuición del artista capta más adecuadamente que la razón.
El arte trágico es el lugar de la verdad y la forma mejor de acercarse al ser del hombre y del mundo. La ciencia está para Nietzsche, subordinada al arte. El nacimiento y el desarrollo del arte está ligado a dos principios contrapuestos: lo apolíneo y lo dionisíaco. El primero representa las características que siempre se han atribuido a lo clásico: la proporción, el equilibrio, la serenidad, la luminosidad, lo racional… son las características de la forma clásica, que se manifiestan predominantemente en las artes plásticas. El segundo representa lo báquico, la embriaguez, lo indiferenciado, lo nocturno, lo pasional, que se expresa más plenamente en la poesía y en la música, de las cuales ha brotado la tragedia. Toda obra de arte se concibe como el resultado de la unión de estos dos principios, pero donde aparecen más adecuadamente es en la tragedia, que por ello es el arte por excelencia.
La tragedia nos muestra que en el hombre lo instintivo, lo pasional, la vida, antecede a lo racional, por lo que la razón ha de subordinarse a la vida, lo dionisíaco. Es dolor y sufrimiento, pero tiende a reunificarse por medio de la muerte, que entonces no es aniquilamiento, sino reincorporación a su fuente originaria, y que dará lugar a nuevas formas de vida. Vida y muerte se implican mutuamente, y esta verdad constituye el sentido trágico de la vida, que no es entonces una valentía heroica e incontrolada. El hombre trágico es el que acepta la vida como es, asumiendo lo que en ella hay de terrible y doloroso, asumiendo la muerte, sabiendo que no hay victoria final de la vida (optimismo) ni de la muerte (pesimismo), sino la permanencia de una y otra.
2: Sentidos y
cuerpo.
Para Nietzsche, una de las características de los filósofos es la adoración al mundo del ser y el odio al mundo del devenir. Nietzsche ataca a la metafísica platónica: ve en la historia de la metafísica un continuo intento de expulsar el devenir del ser y de liberar el ser del devenir. Esta contraposición entre ser y devenir es el esquema fundamental con el que Nietzsche interpreta el ser como lo estable (quieto), inmóvil e intemporal, y el devenir como lo transitorio, móvil y temporal. Esta separación se le presenta como la doctrina de los dos mundos, el mundo fenoménico y el mundo en sí. Para Nietzsche, la metafísica ha desvalorizado el mundo real y ha presentado como real un mundo meramente imaginado.
Otro de los rasgos que distingue de los filósofos, es que estiman la razón y desprecian los sentidos. La metafísica desconfía de los sentidos porque muestran lo pasajero, ve en ellos el enemigo del pensar, por ello, la metafísica se opone a los sentidos y se convierte en el pensar de un mundo suprasensible, el cual presenta como el ser eterno e intemporal. En definitiva, los filósofos denigran los sentidos y el cuerpo como órganos de conocimiento al considerarse como fuente de error y como órganos de placer, considerados como fuente de inmoralidad. Los filósofos (Platón y Descartes los más destacados) siempre han valorado el alma en lugar del cuerpo. Nietzsche, desde una perspectiva vitalista, critica el dualismo de la tradición filosófica metafísica y reivindica la salud del cuerpo que impone su realidad. Rechaza el dualismo platónico, cartesiano y judeo-cristiano. Nietzsche, llevando la contraria entiende el ser humano como cuerpo. El cuerpo es lo real, no el alma. El alma es sólo la sombra del cuerpo, y la negación del cuerpo es síntoma de resentimiento y necesidad de soluciones finales. Entiende el cuerpo como una pluralidad unificada de diversas “conciencias” que lo sustituyen; la conciencia propiamente dicha (el yo) queda fuera del dinamismo interno de esta diversidad.
Nietzsche adopta un punto de vista empirista, que establece la superioridad de la experiencia sensorial sobre la razón: los sentidos nos muestran el mundo real y ponen al descubierto diferencias mínimas, mientras que la razón falsifica el testimonio de los sentidos, creando un mundo aparente.
3: “Conceptos supremos” y concepto “Dios”
Nietzsche habla en varias obras acerca de la formación de los conceptos. Considera que agrupar las cosas en categorías constituye siempre un abuso. En la realidad no existen géneros, formas o conceptos, sino cosas inaccesibles para nosotros. Un individuo tampoco es algo unitario, pues la unidad e identidad que nosotros le atribuimos es una consecuencia de nuestro modo sustancialista de representarnos la realidad. La realidad es más rica y llena de contradicciones de lo que nosotros podemos conocer. En el texto Nietzsche se refiere a los “conceptos supremos”, los conceptos más generales. Si los conceptos se originan por abstracción, es decir, eliminando diferencias, a medida que ascendemos en la generalización del concepto, más diferencias quitamos y el concepto más vacío resulta: cuando llegamos a los conceptos más generales como son los conceptos de ser, de lo uno, de lo bueno, de lo perfecto, de lo verdadero, etc… entonces en ellos no queda nada de la realidad, son puros esquemas mentales vacíos de contenido. Por otra parte, los filósofos al conferir a estos conceptos el grado supremo de realidad, piensan que no pueden venir de lo inferior, considerándolos como incausados, (“causa sui”).
Para Nietzsche el último extremo de las locuras (“dolencias cerebrales”) de los filósofos es la construcción del concepto “Dios”. Es el concepto más alto, el más general, construido por conceptos supremos, y no puede provenir de otro. Al tomar en serio este cúmulo de insensateces, la humanidad ha tenido que pagar un alto precio. Cuando Nietzsche se refiere a Dios, se refiere al dios de la religión, particularmente del cristianismo, pero también a todo aquello que puede sustituirle, porque en realidad Dios no es una entidad, sino un lugar, una figura posible del pensamiento, representa lo absoluto. Dios es la metáfora para expresar la realidad absoluta, la realidad que se presenta como la Verdad y el Bien. Todo aquello que sirve a los hombres para dar un sentido a la vida, pero que sin embargo, se pone fuera de ella.
Cuando Nietzsche declara que Dios ha muerto, quiere indicar que los hombres viven desorientados, que ya no sirve el horizonte último en el que siempre se ha vivido, que no existe una luz que nos pueda guiar de modo pleno. Esta experiencia de la finitud, del sentirse desorientado, es necesario para empezar el nuevo modo de vida. La moral contranatural, negativa, que tiene sus orígenes en la tradición judeo-cristiana ha de anularse, y con ella la sujeción del hombre a Dios. “La vida acaba donde comienza Dios”. La aceptación de su muerte es lo que permite a los hombres comportarse como espíritus libres.
Para Nietzsche, una de las características de los filósofos es la adoración al mundo del ser y el odio al mundo del devenir. Nietzsche ataca a la metafísica platónica: ve en la historia de la metafísica un continuo intento de expulsar el devenir del ser y de liberar el ser del devenir. Esta contraposición entre ser y devenir es el esquema fundamental con el que Nietzsche interpreta el ser como lo estable (quieto), inmóvil e intemporal, y el devenir como lo transitorio, móvil y temporal. Esta separación se le presenta como la doctrina de los dos mundos, el mundo fenoménico y el mundo en sí. Para Nietzsche, la metafísica ha desvalorizado el mundo real y ha presentado como real un mundo meramente imaginado.
Otro de los rasgos que distingue de los filósofos, es que estiman la razón y desprecian los sentidos. La metafísica desconfía de los sentidos porque muestran lo pasajero, ve en ellos el enemigo del pensar, por ello, la metafísica se opone a los sentidos y se convierte en el pensar de un mundo suprasensible, el cual presenta como el ser eterno e intemporal. En definitiva, los filósofos denigran los sentidos y el cuerpo como órganos de conocimiento al considerarse como fuente de error y como órganos de placer, considerados como fuente de inmoralidad. Los filósofos (Platón y Descartes los más destacados) siempre han valorado el alma en lugar del cuerpo. Nietzsche, desde una perspectiva vitalista, critica el dualismo de la tradición filosófica metafísica y reivindica la salud del cuerpo que impone su realidad. Rechaza el dualismo platónico, cartesiano y judeo-cristiano. Nietzsche, llevando la contraria entiende el ser humano como cuerpo. El cuerpo es lo real, no el alma. El alma es sólo la sombra del cuerpo, y la negación del cuerpo es síntoma de resentimiento y necesidad de soluciones finales. Entiende el cuerpo como una pluralidad unificada de diversas “conciencias” que lo sustituyen; la conciencia propiamente dicha (el yo) queda fuera del dinamismo interno de esta diversidad.
Nietzsche adopta un punto de vista empirista, que establece la superioridad de la experiencia sensorial sobre la razón: los sentidos nos muestran el mundo real y ponen al descubierto diferencias mínimas, mientras que la razón falsifica el testimonio de los sentidos, creando un mundo aparente.
3: “Conceptos supremos” y concepto “Dios”
Nietzsche habla en varias obras acerca de la formación de los conceptos. Considera que agrupar las cosas en categorías constituye siempre un abuso. En la realidad no existen géneros, formas o conceptos, sino cosas inaccesibles para nosotros. Un individuo tampoco es algo unitario, pues la unidad e identidad que nosotros le atribuimos es una consecuencia de nuestro modo sustancialista de representarnos la realidad. La realidad es más rica y llena de contradicciones de lo que nosotros podemos conocer. En el texto Nietzsche se refiere a los “conceptos supremos”, los conceptos más generales. Si los conceptos se originan por abstracción, es decir, eliminando diferencias, a medida que ascendemos en la generalización del concepto, más diferencias quitamos y el concepto más vacío resulta: cuando llegamos a los conceptos más generales como son los conceptos de ser, de lo uno, de lo bueno, de lo perfecto, de lo verdadero, etc… entonces en ellos no queda nada de la realidad, son puros esquemas mentales vacíos de contenido. Por otra parte, los filósofos al conferir a estos conceptos el grado supremo de realidad, piensan que no pueden venir de lo inferior, considerándolos como incausados, (“causa sui”).
Para Nietzsche el último extremo de las locuras (“dolencias cerebrales”) de los filósofos es la construcción del concepto “Dios”. Es el concepto más alto, el más general, construido por conceptos supremos, y no puede provenir de otro. Al tomar en serio este cúmulo de insensateces, la humanidad ha tenido que pagar un alto precio. Cuando Nietzsche se refiere a Dios, se refiere al dios de la religión, particularmente del cristianismo, pero también a todo aquello que puede sustituirle, porque en realidad Dios no es una entidad, sino un lugar, una figura posible del pensamiento, representa lo absoluto. Dios es la metáfora para expresar la realidad absoluta, la realidad que se presenta como la Verdad y el Bien. Todo aquello que sirve a los hombres para dar un sentido a la vida, pero que sin embargo, se pone fuera de ella.
Cuando Nietzsche declara que Dios ha muerto, quiere indicar que los hombres viven desorientados, que ya no sirve el horizonte último en el que siempre se ha vivido, que no existe una luz que nos pueda guiar de modo pleno. Esta experiencia de la finitud, del sentirse desorientado, es necesario para empezar el nuevo modo de vida. La moral contranatural, negativa, que tiene sus orígenes en la tradición judeo-cristiana ha de anularse, y con ella la sujeción del hombre a Dios. “La vida acaba donde comienza Dios”. La aceptación de su muerte es lo que permite a los hombres comportarse como espíritus libres.
· TEMAS:
1. La crítica de Nietzsche a los filósofos.
Nietzsche se enfrenta a la tradición filosófica occidental y le acusa de haber falsificado la realidad. Para Nietzsche la realidad es “vida”, esto es multiplicidad y cambio, diversidad y movimiento. La tradición filosófica, en cambio, ha defendido la siguiente contraposición: el mundo real es el mundo del ser, la unidad y la permanencia, mientras que el mundo aparente o ilusorio es el del devenir y la multiplicidad. Es decir, ha defendido el platonismo. El anterior esquema acaba transformándose en la oposición kantiana, donde el mundo verdadero no es cognoscible, aunque sí pensable. Según Nietzsche, lo superior es siempre producto de lo inferior. Los filósofos han explicado los conceptos supremos como causa de sí mismos, como algo que no podía provenir de algo inferior a tales conceptos, cuyo prototipo sería el concepto de Dios.
Si la tradición filosófica ha podido llevar a cabo tal falsificación de la realidad, es porque es racionalista. La razón niega el ser, transformando artificialmente la multiplicidad y el cambio en unidad y permanencia; siendo vida y razón nociones antitéticas. La tradición filosófica ha considerado la razón como la capacidad de conocer y obrar, propia o específica del ser humano; la racionalidad era la esencia del hombre. Así, la teoría del conocimiento enseñaba la superioridad de la razón sobre los sentidos, mientras que Nietzsche establece una superioridad de la experiencia sensorial sobre la razón: los sentidos muestran el mundo real (hacen posible la ciencia experimental), mientras que la razón falsifica el testimonio de los sentidos, creando un mundo aparente y engañoso. Nietzsche afirma que se llegó a esto a causa del miedo y el odio.
El ser, en su multiplicidad y movimiento, aparece como rico y atrayente. Por otro lado, muestran el ser como problemático y temible. La idea de multiplicidad es muy dolorosa. El cambio y el movimiento nos hablan de la inestabilidad y caducidad de las cosas, tanto naturales como culturales, cuyo triste destino es dejar de ser. Además si lo superior es producto de lo inferior, caen por tierra las ilusiones de los hombres con respecto a su propio origen.
El mundo verdadero,
infinitamente múltiple sometido a un constante cambio y dominado por las
realidades inferiores, constituye un abismo o caos, ante el cual retrocede el
filósofo, que prefiere refugiarse en la ficción consoladora de un mundo dotado
de unidad y permanencia. El filósofo no se limita a huir de la realidad, sino
que transforma su miedo en odio dirigido a la vida. Es entonces cuando proclama
como verdaderas las clásicas fórmulas mentirosas de la filosofía. Por el uso
que hace de estas mentiras, la tradición filosófica es decadente y nihilista.
Según Nietzsche resulta decadente todo aquel que es incapaz de soportar la
experiencia del ser. Aparece primero como pesimismo y se culmina con el
nihilismo (doctrina que prefiere la nada al ser). Se trata de un nihilismo
inconsciente, porque el filósofo habla en todo momento del ser, pero en
realidad, lo piensa en unos términos que
nada tienen que ver con él.
Nietzsche se declara nihilista, pero no el mismo que él critica y combate. Éste último es un nihilismo pasivo y decadente, que sólo conduce a la nada, mientras que el de Nietzsche es activo y ascendente: rechaza los valores e ideales reduciéndolos a la nada para afirmar una serie de nuevos valores, unos que deriven de concebir el ser como vida, multiplicidad y devenir.
Nietzsche se declara nihilista, pero no el mismo que él critica y combate. Éste último es un nihilismo pasivo y decadente, que sólo conduce a la nada, mientras que el de Nietzsche es activo y ascendente: rechaza los valores e ideales reduciéndolos a la nada para afirmar una serie de nuevos valores, unos que deriven de concebir el ser como vida, multiplicidad y devenir.
2. El vitalismo de Nietzsche:
El pensamiento de Nietzsche supone un irracionalismo vitalista. Una filosofía de la vida que sirva de fundamento a lo que han de ser los verdaderos valores e ideales del hombre. Hay que entender la vida como categoría ontológica, es decir, como naturaleza o esencia de las cosas, naturaleza que resulta multiplicidad y movimiento. Nietzsche, como Platón, recurre al mito y convierte en símbolo de su filosofía a Dionisos, dios que representa las fuerzas irracionales, profundas y oscuras de la vida. La vida tiene valor en sí misma, un valor absoluto al cual se subordinan todos los demás valores. La filosofía de Nietzsche se resume en un sí a la vida.
Se trata de una corriente ascendente, de un impulso creador por medio del cual la vida se afirma y se supera a sí misma. Esta tendencia posee un carácter universal y cósmico. Cada cosa aparece como algo finito, pero con la aspiración a sobrepasar sus límites.
Una vez se piensa el mundo como voluntad de poder, ya no se tiene la consoladora diferencia entre un mundo verdadero y uno aparente. Nietzsche piensa el cambio desde la idea del eterno retorno, doctrina según la cual cualquier situación presente se ha repetido en el pasado y se repetirá en un futuro infinitas veces. Posee un triple sentido para él:
-Experiencia personal decisiva.
-Teoría con la que
Nietzsche intenta imprimir el carácter del ser al devenir, dotándolo de una
profundidad ilimitada. El eterno retorno simboliza que este mundo es el único.
-Experimento mental que permite comprobar la valía del hombre.
Nietzsche sueña con un nuevo ideal de hombre al que llama “superhombre”. Según Nietzsche, el hombre tiene que dar paso al superhombre. Este hombre nuevo es aquel hombre capaz de soportar, sin enloquecer, la muerte de Dios y la idea del eterno retorno, capaz de sumergirse en la multiplicidad y el devenir del ser, creando desde allí nuevos valores que afirmen de manera absoluta la vida.
En su crítica a la moral, Nietzsche se complace a menudo en un planteamiento sofístico de naturaleza psicológica. Nietzsche propugna como alternativa a la moral tradicional, una transmutación de todos los valores, un triunfo de la afirmación de la voluntad de poder. Así la noción de culpa opone la noción de inocencia que toma como modelo la inocencia del niño. Frente al arrepentimiento y el perdón, aconseja el olvido. Contra la compasión, defiende la dureza y crueldad inclementes. Pero sobre la moral de igualdad, predica una moral de diferencia, basada en la distancia infinita y eterna que existe entre hombre y hombre.
-Experimento mental que permite comprobar la valía del hombre.
Nietzsche sueña con un nuevo ideal de hombre al que llama “superhombre”. Según Nietzsche, el hombre tiene que dar paso al superhombre. Este hombre nuevo es aquel hombre capaz de soportar, sin enloquecer, la muerte de Dios y la idea del eterno retorno, capaz de sumergirse en la multiplicidad y el devenir del ser, creando desde allí nuevos valores que afirmen de manera absoluta la vida.
En su crítica a la moral, Nietzsche se complace a menudo en un planteamiento sofístico de naturaleza psicológica. Nietzsche propugna como alternativa a la moral tradicional, una transmutación de todos los valores, un triunfo de la afirmación de la voluntad de poder. Así la noción de culpa opone la noción de inocencia que toma como modelo la inocencia del niño. Frente al arrepentimiento y el perdón, aconseja el olvido. Contra la compasión, defiende la dureza y crueldad inclementes. Pero sobre la moral de igualdad, predica una moral de diferencia, basada en la distancia infinita y eterna que existe entre hombre y hombre.
No sé quien eres, pero te quiero.
ResponderEliminarI love you.
ResponderEliminarMuchas gracias.
ResponderEliminarGracias, gracias XD
ResponderEliminarEres Dios!!!
ResponderEliminarNoo, Nietzsche dice que Dios ha muerto XD
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Muy buen resumen de un gran filósofo.
ResponderEliminarNo se quien eres pero te quiero!!, muchas gracias!!
ResponderEliminarYo también te amo. Besote desde Canarias
ResponderEliminarTu, yo, un crepúsculo de los ídolos.. Piensalo��
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarMagnífico resumen
ResponderEliminarHas salvado mi Bachillerato este año, planteate el matrimonio conmigo
ResponderEliminarMe alegra seguir sirviendo de ayuda, creía que con los años no darían las mismas cosas, pero ahí siguen...
EliminarP.D: Ya estoy prometida, sorry jajaja
Una pregunta.. y los resumenes de los textos?
EliminarPuesto que estos son los resúmenes que hice cuando estudié yo para selectividad (allá por el año 2013), no están, porque al menos en ese momento, no entraban ni se daban siquiera en clase.
EliminarSorry.
Muchas gracias enserio, siguen vigentes los mismos estándares que se deben cursar
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